La UIMP se interesa en Santander por los avances en las tecnologías energéticas del Hidrógeno

Última modificación 26 marzo, 2019

UIMPEl director del Centro Nacional de Experimentación en Tecnologías del Hidrógeno y las Pilas de Combustible (CNH2), Manuel Montes, intervino ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander para decir, en el encuentro ‘Energía y catálisis: nuevos retos para un desarrollo energético sostenible”, que el futuro del aprovechamiento energético del hidrógeno está ligado al almacenamiento de electricidad de todo tipo de fuentes.

Manuel Montes remarcó que el hidrógeno, como elemento abundante en la naturaleza, «no es un recurso energético, sino un almacén energético», por lo que no se puede pensar en él como sustituto de ninguna de las fuentes de energía que hoy se utilizan. Pero sí puede aprovecharse su capacidad de almacenamiento como nueva forma de acumular electricidad, tal y como lo ofrecen las pilas de combustible que existen desde hace años y que ya se han probado en automóviles.

El director del CHN2, con sede en Puertollano, piensa a mayor escala y asegura que el hidrógeno puede ser la solución al problema que ocasiona a todo tipo de centrales eléctricas la necesidad de apagarse y encenderse, de funcionar a más o menos rendimiento en función de la demanda de energía que exista en ese momento, con lo que sus sistemas «sufren».

Y vislumbra al hidrógeno un futuro ligado a las energías renovables, a resolver uno de su problema de intermitencia: el desperdicio de energía que se produce, por ejemplo, cuando hay que desconectar un parque eólico en un día de mucho viento porque en ese momento no hay demanda para la electricidad que genera. «Gracias al hidrógeno podemos pasar la energía solar a la noche o la de un día de viento a otro día en el que no lo hay», apuntaba.

Preguntado sobre la posibilidad de que se construya alguna planta geotérmica en España, que constituya una alternativa a las energías clásicas, el director del Centro Nacional de Hidrógeno respondió que en este país hay pocos yacimientos geotérmicos, salvo en Canarias, donde se encuentran de forma “muy limitada”. No obstante, aseguró que el aprovechamiento geotérmico del sol para producir calor es una opción que puede usarse “mucho” en la construcción.

A más largo plazo, el director de este centro de investigación cree que el hidrógeno será «el único vector» de energía que exista en los transportes cuando dejen de utilizarse los combustibles fósiles.

Investigaciones

Por su parte, el investigador titular de IMDEA-Energía, Víctor Antonio de la Peña, apostaba durante esa misma jornada formativa en Santander por “desdemonizar” el hidrógeno porque, según explicó, “es fácil de utilizar, no es peligroso y, sobre todo, no contamina”. En este sentido, afirmó que este vector energético junto con los biocombustibles y la valorización del CO2 son la “clave” para el desarrollo de un futuro modelo energético sostenible.

De la Peña, que compartió presencia con Montes y el director de IMDEA-Energía, David Pedro Serrano, advirtió de que “la situación energética mundial no es sostenible porque tenemos una dependencia altísima de los combustibles fósiles”, poniendo el ejemplo de España donde ésta alcanza el 80 por ciento. Para el director de IMDEA-Energía, se trata de un porcentaje “inasumible” no sólo económicamente sino también por el impacto ambiental del propio modelo, ya que genera gases de efecto invernadero, que son “los responsables del cambio climático”.

De la Peña reconoció que “la dependencia del petróleo es real y difícil de cambiar” y, por ello, hizo hincapié en la necesidad de que administraciones públicas y empresas apuesten por energías renovables como el hidrógeno o los biocombustibles, producidos a partir de recursos naturales no alimentarios. Asimismo, propuso no sólo secuestrar y almacenar el CO2 -uno de los principales gases de efecto invernadero responsable del calentamiento global-, sino reciclarlo y usarlo como producto de valor añadido, tanto en biocombustibles como en la industria farmacéutica o cosmética.

Respecto a la viabilidad del coche de hidrógeno y su equiparación con el eléctrico, Montes recordó que la tecnología “ya está aquí”, pero reconoció que “todavía no tiene precios competitivos para entrar en el mercado actual”. En la misma línea, Serrano atribuyó el auge del vehículo eléctrico a “las modas” y lamentó que administraciones e investigadores se muevan al ritmo de “tendencias” que duran dos o tres años, cuando el proceso de investigación, desarrollo tecnológico e innovación de una nueva tecnología oscila entre los 15 y 20 años.

En su intervención, Serrano aseveró que España es un país con “abundancia” de energías renovables, no para sustituir a medio plazo a las tradicionales, pero sí para reducir de forma “significativa” la dependencia de éstas. Sin embargo, lamentó que el país esté “muy por detrás de su potencialidad”, aunque la contribución de la energía eólica “ya no es anecdótica” y la solar “está empezando a despegar”.

De hecho, hizo hincapié en la “oportunidad histórica” que atraviesan muchas empresas españolas del sector de la energía eólica o solar, ya que “están bien posicionadas, desarrollan tecnología y pueden exportarla a otros países”.